July 11, 2008

193 (primera parte)

Querida Bastet:

Busqué en mis archiveros la polaroid que tanto te gusta… Vientos. La he encontrado. No puedo ocultar mi sorpresa cuando veo que el pajarito ha desaparecido. Dos figuras monolíticas (parecen deidades) se asoman donde antes sólo había una, o tal vez ninguna. ¿Serán ellos los responsables de la desaparición del avecilla inquieta? ¿Sabrán algo que nosotros no sabemos? El resto de la imagen, sin embargo, permanece idéntica…
¡Espera! ¡Algo se está moviendo en el agua!

. . .

La sala de espera está tranquila, hace un poco de frío. Lo primero que veo es una enorme hidra que espera pacientemente. A su lado encuentro unos rostros familiares, todos femeninos, algunos ocultos detrás de sus revistas. Y más allá, debajo del cuadro de la cascada, siguen esas tristes sillas vacías. Creo que debería quitarlas de ahí.

Estoy a punto de retirarme cuando escucho que alguien toca a la puerta. El estilo y el ritmo es terriblemente familiar. Trago saliva. Y descubro en ese instante mortal que mi cuerpo es ligeramente transparente. Puedo ver la puerta cerrada a través de mi mano extendida… pero no logro ver quién está detrás de la puerta.

La hidra prende otro cigarro.

8 comments:

patricio.betteo said...

Como se habrán dado cuenta, en mi sala de espera se permite fumar.

Gaider Abdul Al-Hazred said...

.... primero

Gaider Abdul Al-Hazred said...

¿puedo pedir algooooo?
;)

Me encanto el cuadro y el fractal.

Estan fregones.

Tu libro de ilustraciones...
¿Cuánto cuesta? ¿Me lo podrías vender tú? PORFASPORFAS
Lo quierooooo.

:D

Y yo no fumo, pero me gusta tomar y comer mucho :D

Gaider Abdul Al-Hazred said...

Esperaré pacientemente mi deseo.

Saludos al Genio atrás de la botella.

Bastet said...

Mi amada polaroiod, impersonalidad, tentáculos, ¡todos los elementos en conjunto!
Genial.

Patricio, muchas gracias, es sensacional, como al combinar tus sabores favoritos de helado.
Me has dado una sonrisa para todo el fin de semana :D

nameless said...
This comment has been removed by the author.
nameless said...

Manicomio lúgubre del que no quiero salir, me tranquiliza el saber que mañana tomaré mis pastillas, que haría sin ellas, volverían las visiones, delirios, la desesperación, el martirio del no saber donde estoy y a que vine a este mundo. Las personas pasan una y otra vez… se van pero dejando atrás el rastro de sus pasos, las huellas aun son visibles en el fango, a pesar de que el tiempo y el viento los debió de haber borrado. Descanso en la sala observando detrás de grandes ventanales el paisaje horrendo que hay, pero ni hablar es el único disponible y aunque sea imposible de ignorar se logra posible disfrutar un poco, las drogas llegarán, pero por el momento un delicioso sabor en mi boca inunda mis sentidos pasando por todo mi cuerpo volviéndose liviano al salir por mi nariz, ese exquisito tabaco transformado en cenizas que pareciera da forma a múltiples figuras que acrecentan mi locura tranquilizando así mi larga estadia en este sitio.

Santiago said...

Si fumara, encendería un cigarrillo para sentirme más a gusto en la sala de espera, pero dada la circunstancia de que he abandonado ese vicio hace ya algunos años, pues tendré que limitarme a esperar con una taza de café...

Y la pequeña historia me encantó, un gran acompañamiento a una gran ilustración (como siempre)