
Según este blog, comencé a aplicar aguadas -y no sólo rayas- aproximadamente aquel día de junio. Desde entonces, en mi restirador siempre hay un sucio pincel y un recipiente de tinta china diluida en agua.
El feliz -pero tardío- descubrimiento me ha permitido diálogar con mis cuadernos usando la mancha, la gota y la línea.
No comments:
Post a Comment