September 2, 2007

2ix07


...para desembocar, lentamente, en el intrincado laberinto de la enfermedad. Cabeza hinchada, nariz bloqueada. El estómago está cerrado, el cuerpo nunca había estado tan cortado.
Los estornudos se transforman en toses y viceversa. La casa se llena de pañuelos arrugados y medicamentos, del mismo modo que el cerebro se inunda de telarañas (particularmente en las noches).
Trato de leer: las letras no logran desenredarse.
Imposible escuchar música: todo es insípido.
Trato de ver la tele: la pantalla emite punzadas en el fondo de mis ojos.
Trato de dibujar: la mano se mueve sola -como siempre- y la fatiga adquiere una dimensión más interesante...
Llegan nuevas horas de sueño. Eso sí: nunca recostado, que me asfixio.
¿Cuánto tiempo deberé esperar?
Se aceptan condolencias, tiros de gracia, abrazos con cubrebocas.

Mañana nos vemos. :)

4 comments:

Lahetaira said...

lo mejor es abandonarse a la enfermedad, ser un buen "paciente"... jajajaja, pero qué poco conscientes somos a veces de nuestro cuerpo, hasta que él mismo se hace sentir.

Abrazos sin cubre bocas y el deseo de que te pierdas en sueños afiebrados y hermosos, para despertar amando más.

Silvana said...

recomiendo media taza de jugo de limón con dos o tres cucharadas de miel y el resto de la taza rellena con el té de su preferencia: REMEDIO INFALIBLE!

Anonymous said...

parece que mi alma tiene los mismos sintomas, pero no encuentro el remedio. quizas me debo sacudir con un poco de violencia para despertar.....

Mauricio Cosío said...

Una tableta de Redoxon al día, Pato. La vitamina C nunca falla.

Un abrazo, viejo!